Hace un año, estaba entusiasmada por entrar en una nueva década con una visión renovada de mi próximo capítulo de vida y comunidad. No tenía muy claro cómo iba a conseguirlo, pero estaba decidida a empezar a probar cosas nuevas y diferentes para llegar a una nueva realidad. Una de las formas en que obtengo inspiración y siembro un nuevo crecimiento es a través de los viajes. Terminé febrero de 2020 visitando a mi hermana en la Bahía de Oakland-San Francisco. Mientras estaba en la zona de la bahía, visité el Museo de Young en San Francisco para ver la exposición Soul of a Nation: Art in the Age of Black Power 1963-1983. Un cuadro, de Carolyn Lawrence, captó mi atención y se ha quedado conmigo desde el viaje al museo. En la obra "Black Children Keep Your Spirits Free", Carolyn invoca la naturaleza dichosa, juguetona y creativa de la liberación y la libertad, estados del ser de los que tanto pueden hacer gala los niños, al tiempo que lanza una advertencia y un antídoto contra los daños del mundo.

Cada vez que miro esta imagen, despierta en mí muchos sentidos. Los colores, las palabras, los rostros, las personas, todo parece estar en movimiento, dando vida al cuadro en sí y a los mensajes que transmite. El cuadro me hace imaginar un mundo en el que la justicia, la sanación, la prosperidad, la unidad, la paz y la liberación son para todos y abundantes. Como si pudiera hablar, el cuadro me pregunta: "¿Qué hace falta para crear un mundo en el que no tengamos que alertar para mantener el ánimo, sino que el mundo nos eleve? El cuadro me invita a reflexionar sobre el papel que puedo desempeñar para hacer realidad mis sueños de un mundo mejor. Cada vez que miro Black Children Keep Your Spirits Free, pienso: aún nos queda trabajo por hacer. El cuadro de Carolyn tiene casi 40 años, pero sigue siendo relevante hoy en día porque el racismo sigue siendo nuestro mayor reto. Los grandes momentos de la primavera y el verano de 2020, el asesinato de Breonna Taylor, George Floyd y otras innumerables personas negras, junto con el hecho de que el coronavirus se haya convertido en una pandemia mundial, me dicen que esos momentos son momentos de un movimiento que se extiende más allá de ti o de mí. Estos momentos cruciales de 2020 arrojan luz sobre la injusticia y la desigualdad que ya existían y que empeoran ante nuestros ojos.

Esto es un movimiento, no un momento. Los momentos del movimiento para acabar con el racismo te llaman a preocuparte por el problema, a estudiar sus raíces, su complejidad y sus repercusiones, a progresar con los demás y a hacer el trabajo. Este trabajo puede significar que las organizaciones trabajen para aumentar la diversidad mediante la creación de una cultura de trabajo y entornos para que todos los empleados se queden y prosperen o que tu familia y amigos tengan más conversaciones sobre la raza en la mesa (o Facetime). El movimiento para acabar con el racismo también te llama a profundizar más de lo que lo has hecho hasta ahora, a cuestionar tu forma de pensar, a ampliar cómo y con quién apareces, a tener un mayor impacto y a crear una nueva realidad. El movimiento para acabar con el racismo te llama a reimaginar el mundo, a avanzar hacia lo que es posible y a hacer el trabajo necesario para construir un mundo mejor. Este trabajo puede significar alterar los sistemas que perjudican resistiendo al statu quo y a las estructuras que mantienen la desigualdad, o crear culturas de pertenencia en las que se apoye a las personas más afectadas para que digan la verdad y los sistemas confíen en los más afectados asumiendo su liderazgo. Sí, queda mucho trabajo por hacer y a veces será duro. El racismo es una trampa, pero podemos elegir liberarnos. Debemos ser valientes, creativos y audaces para dejar que los sueños, las esperanzas y la imaginación de un mundo mejor sean nuestro trabajo. Esto es un movimiento, no un momento, y el movimiento necesita nuestra creatividad tanto para acabar con el racismo como para crear un mundo en el que, como predice el cuadro de Carolyn, todos nuestros seres sean realmente libres.

Hoy te pido que reavives, enciendas, "agarres y mantengas tu fuego" para el movimiento hacia una nueva visión y hagas del movimiento, no sólo de los momentos, tu trabajo.